La batalla legal entre Meta (antes Facebook) y la Comisión Federal de Comercio de EE.UU. (FTC) ha llegado a un momento decisivo. El organismo acusa a Meta de haber adquirido Instagram y WhatsApp no para potenciarlas, sino para eliminar la competencia, en una estrategia conocida como “comprar para enterrar”.
La FTC presentó una demanda argumentando que Meta violó la Ley Sherman de 1890, una de las leyes antimonopolio más antiguas de Estados Unidos, al comprar Instagram en 2012 y WhatsApp en 2014 con el objetivo de eliminar amenazas competitivas. Entre las pruebas presentadas se incluyen más de 400 correos internos de la compañía que mostrarían que la motivación detrás de estas compras fue evitar que otras plataformas crecieran y compitieran con Facebook.
El caso plantea una pregunta clave: ¿una empresa puede adquirir legalmente a sus competidores si la motivación principal es eliminar la competencia? La decisión del juez podría obligar a Meta a vender Instagram y WhatsApp, en lo que sería una de las mayores divisiones corporativas en la historia tecnológica.
Si la FTC gana el caso, el impacto no será solo para Meta. Se sentará un precedente histórico que afectará a todas las grandes tecnológicas que han crecido mediante adquisiciones: Amazon, Google, Microsoft, entre otras.
Este juicio también podría abrir nuevas revisiones a fusiones pasadas y limitar futuras compras de startups prometedoras por parte de gigantes del sector.
Para Meta, perder Instagram y WhatsApp no solo significa perder dos de sus activos más valiosos, sino también reconfigurar su modelo de negocio basado en la integración de datos, publicidad y plataformas interconectadas.
Por otro lado, para los consumidores, una separación de estas plataformas podría traducirse en más opciones, mayor innovación y un entorno digital más competitivo.
Este caso marca un punto de inflexión sobre cómo se entiende el monopolio en la era digital. A diferencia de industrias tradicionales, el valor de las empresas tecnológicas radica en los datos, la atención del usuario y la red de conexiones entre plataformas.
Hasta ahora, muchas adquisiciones fueron aprobadas sin mayor resistencia, pero este juicio podría dar lugar a un endurecimiento global de las regulaciones para prevenir abusos de poder corporativo en el mundo tech.
Como usuario, esto también representa una oportunidad para reflexionar sobre:
La batalla legal entre Meta y la FTC no es solo un juicio más: es una disputa que podría redefinir el futuro del internet tal como lo conocemos. Si el juez falla contra Meta, se abrirá un nuevo capítulo en la regulación de la tecnología global. Si no, la industria seguirá observando de cerca cómo las grandes empresas continúan expandiendo su dominio.
Sea cual sea el resultado, este caso nos recuerda que la libre competencia y la transparencia son fundamentales para un ecosistema digital sano y justo.
23 de may de 2025
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