De un taller en Galicia a dominar las principales calles del mundo, el caso de Inditex es una de las historias empresariales más inspiradoras de las últimas décadas. Amancio Ortega, fundador de la compañía, no solo cambió la manera de vender ropa: revolucionó por completo la industria de la moda con un modelo que hoy conocemos como fast fashion.
La historia comenzó en 1975, cuando Amancio Ortega abrió la primera tienda de Zara en La Coruña, Galicia. La idea era simple pero poderosa: ofrecer ropa de moda a precios accesibles, con diseños inspirados en grandes marcas, pero disponibles para todos. A diferencia de las casas de lujo, Ortega apostó por la democratización de la moda, creando colecciones que cambiaban constantemente y respondían a lo que la gente pedía.
Uno de los secretos de Zara fue producir muy cerca de sus mercados principales, especialmente en España y Portugal. En lugar de depender exclusivamente de Asia, Inditex apostó por una cadena de suministro ágil que le permitiera reaccionar rápidamente a las tendencias. Si algo se ponía de moda en París o Milán, en cuestión de semanas ya estaba disponible en una tienda de Zara. Esa rapidez fue su ventaja competitiva desde el principio.
Lo que diferenciaba a Inditex de otras marcas era su capacidad para ofrecer “moda en tiempo real”. Mientras otras cadenas tardaban meses en lanzar nuevas colecciones, Zara lo hacía en pocas semanas. Esto generó un sentido de urgencia en el consumidor: si veías una prenda en tienda, debías comprarla de inmediato porque probablemente en unos días ya no estaría disponible.
Otro aspecto clave fue la experiencia en tienda. Zara nunca invirtió grandes cantidades en publicidad tradicional. En su lugar, apostó por ubicaciones estratégicas, vitrinas atractivas y la rotación constante de inventario. Así, cada visita se sentía como una experiencia nueva para el cliente.
En los años 90, Zara comenzó una expansión internacional agresiva, primero en Europa y después en América, Asia y Medio Oriente. Hoy, Inditex opera más de 7,000 tiendas bajo diferentes marcas, como Massimo Dutti, Pull&Bear, Stradivarius, Bershka y Oysho. El modelo probado en Galicia se replicó en todo el mundo, adaptándose a cada mercado sin perder la esencia: moda rápida, accesible y cambiante.
Inditex debutó en la Bolsa de Madrid en 2001 y desde entonces se ha convertido en una de las compañías más valiosas de Europa. Su cotización (BMV: ITX) la coloca entre los referentes de la industria global de la moda, con una capitalización de mercado que supera los 100 mil millones de euros. Este éxito financiero ha permitido a la empresa reinvertir constantemente en innovación, sostenibilidad y tecnología, con proyectos que buscan transformar el fast fashion en un modelo más responsable. La historia de Inditex es una lección sobre visión empresarial, innovación y adaptación al mercado. Desde un pequeño taller en Galicia, Amancio Ortega creó una compañía que no solo vendió ropa, sino que cambió la forma en la que consumimos moda. Y aunque el modelo de fast fashion enfrenta retos como la sostenibilidad, nadie puede negar que Inditex marcó un antes y un después en la historia de los negocios globales.
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